En la película “Siete días en el paraíso”, un golfista profesional recibe enseñanzas para mejorar su juego de golf de un golfista más experimentado. Un día, el maestro da a su estudiante una paleta, pinturas y una tela en lugar de los palos de golf. Él le muestra el campo pero en lugar de jugar, le pide que  pinte lo que ve. Planear en qué manera direccionar la bola requiere una percepción muy atenta del campo. Saber qué está en frente, cuán altos son los arbustos, cuáles son las distancias. Nos parece que la atención de un pintor puede ofrecer una perspectiva muy útil para un golfista. ¿Por qué es diferente? Porque cuando estamos pintando, no nos estamos concentrando en el próximo hoyo pero sí, en todo lo que está delante de nosotros. La diferencia entre el golf y la vida social, es que en lugar de arbustos, árboles, arenas y estanques, nos encontramos con personas que pueden convertirse en facilitadores u obstáculos de lo que hacemos. Igualmente, puede ser una buena idea mirar lo que está ocurriendo en tu vida desde la perspectiva de un psicólogo o etnógrafo, en lugar de tu propia perspectiva.

Un cuestionario sobre la escucha.

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¿Por qué la habilidad de una escucha activa?

Nuestros hábitos en la percepción de los demás