Durante el primer año en Halifax, nuestra familia vivió en una casa en frente de un estadio. Nuestro hijo, quien tiene 11 años, y quien veía el estadio cada día desde su dormitorio, quería practicar fútbol diariamente. Pero, cuando nos mudamos a un piso nuevo enfrente al puerto de Halifax, nos dimos cuenta de la importancia de la exposición. Durante la temporada, podíamos ver un crucero diferente cada día. Como mi conocimiento de cruceros era limitado casi exclusivamente a la historia del Titanic, por curiosidad, yo revisé el tamaño del Titanic en comparación con los cruceros del puerto. Cada día de la temporada nuestra curiosidad crecía. Tío Google y tía Wikipedia nos daban toda la información que queríamos. En un momento, empezamos comparar los costos de viajar en los cruceros y posibles destinos. Fue ahí entonces, que supe que yo era víctima también del fenómeno, que estaba estudiando: la exposición.

La exposición es una parte del consumo de la información que no puede ser controlado fácilmente. Si podemos equiparar la información con la comida y hablar sobre una dieta informática, entonces la exposición informática sería como la polución o el medio ambiente. Este fenómeno es conocido por psicólogos y ha sido investigado, por ejemplo, por Bandura, quien expuso a niños a películas violentas y observó como la exposición se reflejaba en sus comportamientos. Pero, el no usó la palabra “exposición” sino aprendizaje social. Los psicólogos cognitivos y experimentales prefieren utilizar la frase tiempo de exposición, y concentrarse en los estímulos simples medidos en milisegundos. Teorías extensas de exposición son utilizadas en la medicina del estilo de la vida y en criminología. Pero, un concepto de exposición muy simple y más práctico es utilizado también en la medicina ocupacional. Vamos a utilizarlo para analizar sus resultados.

La criminología usa el concepto de exposición a un estilo de vida. Por un lado, nuestros estilos de vida nos exponen a ciertas situaciones arriesgadas, pero por otro lado, si estamos expuestos al estilo de vida de criminal se incrementarán la posibilidad de convertirnos en criminales. Debemos asociar estas conclusiones con el hecho de que pasamos por lo menos ocho horas por día en nuestros lugares de trabajo. Por lo tanto, lo que veamos tendrá una tremenda influencia sobre quienes somos. Nuestro concepto de tener derechos o ganar probablemente derivará de nuestros lugares de trabajo. La influencia podrá ser positiva o negativa. Para tomar una buena decisión acerca de si cambiar nuestro trabajo o no, deberíamos saber cómo es el desempeño de nuestra empresa en comparación con otras cooperativas o compañías. Si no, estaremos saltando de la sartén al fuego. ¿Entonces, como se encuentra su organización?

1 Rippe, J. M., ed., 2013. Lifestyle Medicine, Second Edition. Boca Raton, FL: Taylor and Francis.

2 Hindelang, Michael, J., Gottfredson, Michael R., & Garofalo, J., 1978. Victims of personal crime: An empirical foundation for a theory of personal victimization. Cambridge, MA: Ballinger Publishing Company.

3 Reese, C. D., 2009. Occupational health and safety management: a practical approach. Second Edition. Boca Raton: CRC Press, Taylor and Francis Group.

(4) Puedes descargar el artículo teorético sobre esta tema aquí:
Stocki, R. (2016). Beyond complexities of co-operative values and principles: Developing a framework for lifestyle research and education. Horyzonty Polityki, 7, 19, 77-106.

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